En un mundo en constante evolución en el que predomina la tecnología de la información, el arte también tiene que estar a la altura de los tiempos. Y no le cuesta abrir nuevas vías para llegar a viejos y nuevos admiradores, como vimos en las primeras exposiciones dedicadas a la Crypto Art y a las obras de arte digital basadas en NFT.
Pero el viaje informático del arte está en marcha desde hace mucho tiempo y ciertamente no se detiene aquí. Mirando hacia el futuro, está claro que la futura frontera será la de la inteligencia artificial, que, en sus diversas declinaciones, se propagará cada vez más en nuestra vida cotidiana. Y el campo del arte no es una excepción, de hecho, ya se ha hablado mucho en los últimos meses de obras de arte generadas por sistemas de IA que se pondrán en el mercado y estarán disponibles para que cualquiera pueda crearlas mediante la conversión de texto en imagen. Todo el mundo podrá crear su propia obra digital, sólo con dar órdenes precisas al algoritmo de la IA, una gran innovación que, sin embargo, es objeto de debate, especialmente en lo que se refiere a la cuestión de los derechos de autor.
Los algoritmos que crean obras no son, sin embargo, los primeros que se han integrado en el mundo del arte, que, como hemos dicho, lleva tiempo en el camino de la informática. Hay que tener en cuenta que lleva apareciendo en las pantallas de millones de aficionados al Antiguo Egipto y a la arqueología desde el año 2005, gracias a una de las sagas de juegos más famosas del mundo, que incluye la versión Book of Ra Deluxe, una reinterpretación del original Book of Ra con la que comparte la búsqueda del mítico Libro de Ra en la piel de un joven arqueólogo.
Una apuesta ganadora, que años después sigue coronando a esta tragaperras como una de las favoritas, a pesar de tantos otros títulos inspirados en pinturas y autores famosos, quizás por la enigmática y misteriosa sofisticación que caracteriza a la época de los faraones, quizás por el indisoluble y milenario vínculo que existe entre el juego y la tierra de las pirámides.
Y esta trama no se acaba en este punto. Del arte al juego, del juego al arte. A través del fenómeno de la gamificación - la aplicación de dinámicas de juego a otros ámbitos - es posible experimentar una forma innovadora de entrar en contacto con el arte y la cultura en los museos. Así, a través de un videojuego, uno puede revivir un día típico en la vida de un griego antiguo o viajar a través del tiempo y las épocas en la piel de un hijo en busca de la herencia cultural de su padre.
La tecnología ofrece, por tanto, nuevos enfoques y la oportunidad de acercar a un número cada vez mayor de personas a lo que se ha considerado, quizá durante demasiado tiempo, una especie de sector elitista y reservado a unos pocos.