Vivimos una tesitura de incertidumbre económica que se ha visto acrecentada por la pandemia por la Covid 19. Esta lacra vivida en España durante 2020 hasta la actualidad ha supuesto un agravio nítido en una economía española más que maltrecha.
Los problemas estructurales en España, hacen que ante cualquier noticia inesperada, los datos negativos se disparen hasta cotas insospechadas. Tasa de desempleo o deuda pública son algunos de los factores que hacen al país de la Península Ibérica un referente de lo negativo a nivel económico global. Ningún país presenta unos datos tan nefastos, en aspectos como el desempleo juvenil. Un problema que se ha ido acrecentando con el paso de los años, y al que ningún Gobierno ha conseguido poner coto.
Da igual el signo político del partido que se encuentre en el Ejecutivo. Las medidas que se toman en este sentido, van encaminadas a esquivar el problema durante su mandato, generando cantidades ingentes de empleo público que en la mayoría de los casos no generan un valor añadido, ni ayudan a las arcas del Estado con generación de riqueza.
Desde que eclosionó la pandemia a su máxima expresión, el sector privado es el que más ha sufrido sus efectos. Los ERTEs se convirtieron en un término muy similar en muchos hogares de la geografía española, y aun hoy, esos expediente de regulación de empleo temporales siguen muy vigentes. Es muy probable que gran parte de los trabajadores que se encuentran aun en esta situación, vean como no vuelven a recuperar su puesto de trabajo con motivo de la realidad existente, momento en el cual el Estado deberá actuar para limitar esas pérdidas al máximo.
Prácticamente ningún sector económico ha sido ajeno a esta tesitura. Un campo que gozaba de muy buena saludad como el del juego, ha visto como la Covid 19 lo ha sacudido muy fuerte. Una actividad económica que antes de la irrupción de este maldito virus contaba con 50.000 empleos directos, y más del triple indirectos, muchos de ellos forman parte del sector de los casinos online en España. Grandes datos que se aportaban en términos de puestos de trabajo, más si cabe en un mercado laboral tan maltrecho como el español.
Prácticamente el 50% de todos esas plantillas asociadas al sector del juego, se vieron abocadas a un ERTE, que aun hoy sigue vigente en el 8,5% de todos esos trabajadores. Esto indica que la realidad pre pandemia aun está lejana, y que las empresas privadas no consiguen materializar una recuperación sostenida, sostenible y fuerte.
A tenor de esta situación actual, la preocupación por los puestos de trabajo en este sector es latente. Así lo apuntan sindicatos como UGT y Comisiones Obreras, a ls que se unen sindicatos las principales asociaciones de la industria del juego privado: Anesar (Asociación Española de Empresarios de Salones de Juegos y Recreativos), Cejbingo (Confederación Española de Organizaciones de Empresarios del Juego del Bingo), Cejuego (Consejo Empresarial del Sector del Juego) y Fejba (Federación de Empresas de Juego del Bingo).
Todos estos organismos reman en la misma dirección, solicitando al Estado un conjunto de ayudas que pueda paliar la situación tan delicada que viven los establecimientos físicos de esta naturaleza. Productos como los bingos han sido los más afectados, ya que eran locales tradicionales en los que la presencialidad es necesaria, y las medidas promovidas para parar la pandemia han impedido su desarrollo habitual.
A tenor de todas estas premisas, los desafíos del sector del juego son múltiples y muy variados en el futuro cercano. Del acierto en las medidas implantadas, dependerá la continuidad de esta actividad tal y como se conocía antes de la pandemia.